Con tan solo doce años Paqui Serra ya disfrutaba del arte de la peluquería con su familia, tanto, que desde muy jovencita se fue iniciando en este mundo, hasta que a los dieciséis años decidió convertir esa pasión en su carrera profesional y comenzó su formación.

Por el año 2002, llena de ilusión y mucho entusiasmo, decidió abrir su propia peluquería. Desde el primer día, su objetivo fue claro: ofrecer un servicio personalizado, poniendo al cliente en el centro de todas sus decisiones; brindando una experiencia adaptada y única para cada persona.

Con el paso del tiempo, el salón ha ido creciendo y se ha convertido en un lugar acogedor, gracias a la confianza generada en sus clientes.

Este sueño se ha alcanzado trabajando siempre desde el respeto, con un toque de cariño y poniendo el corazón en cada peinado, corte y cambio de look, todo para conseguir que nuestras clientas salgan con su mejor versión.